Un Castilla sin norte
Es evidente que el Castilla de Raúl González tiene un problema. Y además no es menor. El filial blanco no es capaz de enderezar el rumbo en el Grupo I de Segunda División B. Tanto el entrenador madridista como el club sabían que esta temporada para el segundo equipo blanco no iba a ser sencilla, sobre todo en su comienzo, pero cuando se ha cambiado de año, se han disputado dos jornadas de la segunda vuelta y la sensación de fragilidad sigue siendo la misma que en el primer partido, las alarmas empiezan a sonar con fuerza por Valdebebas.
Aprender a perder
De hecho, lo único positivo que se puede rescatar de esta temporada para el Castilla es que los jóvenes jugadores están aprendiendo a perder, algo con lo que el futbolista suele convivir a menudo salvo que juegue en las categorías inferiores de un equipo como el Real Madrid o te asientes en el primer equipo. Si no juegas en un grande, lo normal a lo largo de una carrera es caer más que ganar. Y luego, el filial, aunque no es capaz de sacar muchos partidos adelante, es cierto que ha competido hasta el final en casi todos. Se cuenta con una mano los encuentros en los que los chicos de Raúl se han desconectado o se han visto superados por su rival de manera clara.
Falta de experiencia
El resto es negativo. El equipo ha tendido oportunidades para mirar hacia arriba, pero la mala fortuna y los detalles no le han dejado engancharse a los puestos altos, lo que los lleva a luchar definitivamente por no meterse en la zona más caliente de la clasificación. Algo que por Valdebebas da pavor. Y no es para menos.
Cuando un club decide ir con un equipo tremendamente joven e inexperto a campos como el del Marino de Luanco, donde se enfrentan a jugadores como Alberto Lora, canterano blanco, por cierto, que ha jugado 142 partidos en Primera y 114 en Segunda, pasa lo que pasa. Que la experiencia de unos se nota mucho y la de los otros más.
El Real Madrid lleva tiempo apostando por formar más que ganar. En el Castilla prima crear jugadores que puedan nutrir al primer equipo, pero esto también tiene su riesgo. Cuando las cosas no salen, como este año, te puedes ir abajo y es en esa situación donde la experiencia de la que hablábamos antes se multiplica por mil. Si los chicos de Raúl se meten en la guerra por evitar bajar a Tercera, hay motivos de sobra para creer que la presión se los puede llevar por delante. Motivos y ejemplos, como el del Atlético de Madrid, Espanyol o Barcelona. Ojalá nos equivoquemos.
Sin líder
Y para colmo, nadie en la plantilla ha sido capaz de dar un golpe en la mesa. Los veteranos no tiran suficientemente del equipo y los jóvenes, muchos de ellos juveniles, no son capaces de asumir galones, aunque lo intenten. Incluso aunque sea para llamar a la puerta de Zinedine Zidane en el próximo encuentro de Copa. Hasta Raúl es inexperto en estas situaciones.
En definitiva, el Castilla tiene que reaccionar, crecer, ser más equipo que nunca y esperar a que la fortuna no le de la espalda para no meterse en un lío que cada vez se ve más cercano. Confiemos en ellos.