La felicidad de Raúl González
Necesitaba el Castilla ganar un partido tras varios sinsabores consecutivos que le llevaron a asomarse un poco a la zona caliente de la clasificación. Empezó a repuntar en casa del líder con un empate más que meritorio que, si no llega a ser una vez más por los errores arbitrales, podría haber sido una gran victoria. Ante el Real Oviedo B el filial volvió a sumar de tres en tres. Triunfo clave para retomar la confianza y controlar la ansiedad de un vestuario muy joven poco acostumbrado a hincar la rodilla.
Si los chicos se agobian, Raúl González disfruta. Evidentemente, no se lo pasa bien con las derrotas, pero también saca el lado positivo de ellas. “Aprendes cada semana y cada partido porque siempre hay dificultades. Era un momento de dificultad porque era un equipo muy joven, con un entrenador con poca experiencia, pero con muchas ganas e ilusión de salir de esa situación”, decía el eterno ‘7’ madridista tras ganar al filial asturiano. Y es que, el técnico no deja de aprender lecciones en su primera temporada como técnico del segundo equipo del Real Madrid.
Sonreír en la adversidad
Raúl, ganador por definición, está viviendo el otro fútbol. Donde no eres el superior, donde sufres, la fortuna no te sonríe y aprendes. Aprendes mucho. Por eso, para él en esta etapa de su vida como entrenador de un Castilla muy muy joven que vive un año de transición y aprendizaje para poco a poco ir dando el salto y pensar en cotas mayores, lo importante, lejos de ganar, es competir. Si el equipo pelea cada minuto el míster está satisfecho. Y, por el momento, salvo una media hora para olvidar en Mareo, en el resto de los partidos los jóvenes siempre dieron la cara y Raúl pudo ser feliz.
Porque al final eso es lo que quiere el que es una de las grandes leyendas del club blanco. Por eso, cuando alguno se apresura y asegura que su continuidad en el banquillo del Di Stéfano podría estar en duda, él no se pone nervioso.
“Estoy tranquilo. Se donde estoy y en el proceso en el que estoy involucrado en estos momentos. Como ya he dicho, el Raúl jugador ya pasó y ahora me toca aprender teniendo estas dificultades. No he conocido a ningún entrenador que no pase por problemas. Lo normal es que los pase. Lo importante es que tengo mucha ilusión, ganas y energía, ya que veo al grupo muy convencido de lo que queremos hacer. Eso es lo que me importa. Me levanto todas las mañanas feliz de venir a Valdebebas y estar con el equipo”, aseguró en rueda de prensa.
Un máster para el futuro
La realidad es que Raúl en estos momentos transmite una paz absoluta. Cuenta con toda la confianza del club, para los que puedan dudar, y, de hecho, es uno de los principales candidatos para ocupar el banquillo del Santiago Bernabéu cuando Zidane quiera dar un paso al lado. Así que de cuestionado nada. Y, sobre todo, está realizando un máster que se llevará para toda su carrera como técnico que, probablemente, será muy larga, ya que buenas maneras tiene de sobra. Este Castilla sufre, pero también juega bien al fútbol y, lo más importante, tiene una idea. La idea de un míster que es feliz cada vez que suena el despertador y se monta en su coche para poner rumbo a Valdebebas a entrenar a su Castilla.