El partido más importante de Franchu Feuillassier

 en Real Madrid Castilla, Opinión de cantera

Volver. Volver cuando tocas fondo. Cuando la rodilla dice basta un frío día de diciembre. Lo que viene justo después es el silencio. Un túnel largo y oscuro en el que se tiene que ir avanzando poco a poco. Cada mínimo paso hacia la luz es una victoria. Un partido ganado. Francisco Feuillassier, aunque para los que le llevamos viendo muchos años hacer verdaderas diabluras por los campos de Valdebebas siempre será ‘Franchu’, ha tenido que superar un auténtico calvario desde el pasado 7 de diciembre, día en el que le confirmaban una rotura completa del ligamento cruzado anterior de la pierna derecha, con afectación del menisco externo. Casi nada.

Un duro camino por delante

En aquel maldito entrenamiento que servía para preparar un partido ante el San Sebastián de los Reyes, Franchu vivió la cara más amarga del fútbol. La de las lesiones. No hay peor sensación para un futbolista. Y no hubo peor noticia para un equipo en el que el argentino era clave. Hasta esa fecha había jugado todos los partidos del primer filial madridista, siempre como titular, y con un balance de tres goles y dos asistencias. Pero su rodilla rompió y al día siguiente de confirmarse las peores de las noticias comenzó a pensar en su vuelta. Y por delante sólo había un método: trabajo y más trabajo. 

Así comenzó un camino que arrancó en el quirófano. Sin duda, el momento más delicado. Por suerte, todo salió a la perfección. La siguiente parada sería la rehabilitación. Duras jornadas de dolor y mucho sufrimiento en las que el balón se veía demasiado lejos. Pero no quedaba otra y Franchu lo asumió con el mejor de los ánimos y con la mente puesta en regresar en plena facultades. Luego, llegó el gimnasio, la carrera continua con zapatillas y, por fin, el volver a tocar el balón. De esta manera fue descontando los 281 días, nueve meses, de lesión para volver a sentirse futbolista. Para volver a saltar a un campo y jugar un partido. 

La luz

Del 7 de diciembre de 2018 al 14 de septiembre de 2019, muchísimo tiempo que por fin tuvo su recompensa cuando Raúl le mandó calentar y le dio entrada restando 10 minutos para la conclusión del encuentro que midió al Castilla y al Langreo en el estadio Alfredo di Stéfano. Sin la chispa que le caracteriza, pero con la satisfacción de haber ganado el duelo más importante de su carrera hasta la fecha volvió a disfrutar de blanco. 

Tras el encuentro, con una sonrisa en la boca, Raúl González pedía paciencia con Franchu al mismo tiempo que reconocía que está para cotas mayores. No es un secreto que sigue jugando en el Madrid por esta inoportuna lesión, ya que ha demostrado en varias ocasiones que su fútbol da para más. Segunda, Primera y, quién sabe, si algún día el Santiago Bernabéu. 

El argentino, el jugador más canchero de La Fábrica ya está de vuelta y su papel no será cualquiera. Tercer capitán, experiencia y calidad para dar un plus al Castilla en su último año como canterano. Cuando recupere su nivel, el primer filial contará con el mejor fichaje posible. 

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