El diluvio para el Castilla duró cuarenta días
El pasado 19 de septiembre el Castilla ganaba al Nástic de Tarragona en el Estadio Alfredo di Stéfano. Un triunfo importante ante un equipo que hace más de una década llegó a pisar la Primera División. La alegría era lógica en un vestuario madridista que no sabía en ese momento que iba a tardar cuarenta días días en volver a celebrar una victoria. Un tiempo que se le ha hecho a los chicos de Raúl González tan largo como el diluvio universal de Noé, o que las antiguas cuarentenas de Venecia del siglo XIV, que curiosamente tuvieron la misma duración.
Durante todas estas jornadas perdieron con merecimiento ante el Albacete Balompié y frente al Atlético Sanluqueño CF, no merecieron caer en el último minuto ante la UE Cornellá y, posiblemente, obtuvieron poca recompensa en los empates ante el CD Atlético Baleares y el FC Barcelona B. Pero la realidad es que fue ante un invicto Villarreal CF B cuando los blancos volvieron a sonreír.
EL FRUTO DEL TRABAJO
El líder aterrizó en el Estadio Alfredo di Stéfano y en el ambiente que se respiraba antes del encuentro era de preocupación. El Villarreal CF B sólo había cedido dos puntos en nueve partidos y tan sólo había encajado tres goles. El reto se antojaba complicado. Y más oscuro se puso todo cuando a los tres minutos los amarillos se adelantaban bajo el manto de agua que caía sobre Valdebebas. Recuerden que ya habíamos empezado a hablar de diluvio. Si antes de que el árbitro pitase el inicio los de Raúl González sabían que el envite era complicado, con 0-1 en el marcador la situación empezaba a ser dramática. Pero fue en ese momento cuando todo comenzó a funcionar.
El trabajo de toda la semana por fin daba sus frutos. Un Peter Federico inspirado volteaba el marcador con dos tantos, pero todos los jugadores fueron un bloque perfecto que actuó unido para hacer lo que nadie había conseguido hasta ese momento, ganar al líder marcándole dos goles. Raúl González prepara cada encuentro a conciencia, pero no siempre sale como el entrenador y sus chicos esperan. Esta vez sí fue así y lo que quieren los blancos es que sea el punto de inflexión deseado. De hecho, el entrenador compareció pletórico ante los medios y destacó aspectos como el trabajo de Juan Miguel Latasa que definió como “un partido de 10 aún sin hacer gol“.
COMENZAR A CRECER
No está siendo fácil la andadura del Castilla por esta recién estrenada Primera División RFEF, pero lo normal es que con el paso de los meses los resultados comiencen a ser mejores. El filial irá de menos a más. Siempre suele ser así y el club lo sabe. No obstante, necesitan que esta victoria, que ha tardado cuarenta días en llegar, sea el impulso definitivo para un equipo que tiene calidad, pero también una inexperiencia que no facilita las cosas. Sin ir más lejos, durante dos semanas consecutivas ha formado Raúl González con Mario Martín (2004) del Juvenil B en el once titular.
El siguiente paso que tiene que dar el Castilla en esta temporada es puntuar por fin lejos de casa. El próximo sábado contra el UE Costa Brava (17:00 horas) tendrán una nueva oportunidad que quieren aprovechar para dar otro golpe encima de la mesa. No sería inteligente dudar de este equipo y de Raúl González como entrenador. Avisados quedan.
