Difícil no significa imposible, Castilla

“Estamos mal, pero menos mal de lo que se comenta”. Algo así puede pensar un Castilla que en estos momentos está más cerca de jugar en las dos próximas semanas los últimos 180 minutos de la temporada más rara de la historia del filial madridista, con la duda de si acabará entre los tres primeros clasificados y podrá disputar la fase de ascenso a Segunda División. Hay que ser realistas, la situación es complicada. Bajas, rivales, sensaciones… nada ayuda. Pero los de Raúl González están matemáticamente vivos y lo van a intentar hasta el final. 

La historia se repite

El Castilla tiene por delante dos finales para lograr una machada. La película se repite. ¿Os acordáis cuando en la primera fase el filial tenía que afrontar cuatro últimas jornadas ante CF Rayo Majadahonda, DUX Internacional de Madrid, Atlético de Madrid B y UD San Sebastián de los Reyes? Pues diez puntos de doce posibles con actuación arbitral más que discutible en el Estadio de Matapiñonera consiguieron los blancos. El reto ahora es casi hasta más asequible. Dos partidos, uno en casa y otro fuera, para seguir manteniendo vivo el sueño del ascenso. Y es que, nadie tiene que olvidar que el objetivo ya está más que conseguido, por lo que todo lo que obtenga a partir de ahora el Castilla bienvenido sea. 

En el vestuario confían en dar la machada y la afición debería creer en un equipo que compite siempre. Es cierto que a veces tiene pequeñas desconexiones, se ha visto ante el Extremadura UD y CF Talavera de la Reina en Valdebebas, pero el compromiso es innegociable.

En estos cuatro partidos fue superior dos veces en casa y por ser algo ‘pardillos’, fruto de la inexperiencia, dejaron escapar cuatro puntos que ahora mismo les dejaría muy cerca de la clasificación para los playoffs. Fueron superados en los primeros cuarenta y cinco minutos ante un CD Badajoz que es una apasionadora y, sin jugar un gran encuentro, merecieron algo más ante el Extremadura UD en el Estadio Francisco de la Hera. Sin olvidarnos de ese penalti. ¡QUÉ PENALTI!

El Castilla está a dos puntos del Extremadura UD en estos momentos y las cuentas son claras. Los blancos necesitan ganar los dos partidos, uno de ellos ante el CF Talavera de la Reina, al que superarían, y esperar que el Extremadura UD se deje, como mínimo, tres puntos. Puede empatar ante UD San Sebastián de los Reyes o DUX Internacional de Madrid o perder contra uno de ellos. La fórmula es indiferente, pero esos puntos se los tiene que dejar. En caso contrario, el rival a superar debe ser la UD San Sebastián de los Reyes, más alejado en la tabla.

Hasta siempre… Campo 7

Pase lo que pase en los dos próximos partidos, ante el CD Badajoz los de Raúl González jugarán en el Campo 7 el último encuentro del año futbolístico. Si el curso se acaba sin playoffs o si siguen adelante no volverán a pisar Valdebebas. Gracias, pero no te queremos ver nunca más. Gracias por haber acogido al Castilla durante toda la temporada, pero esperemos que sea la última vez que el filial del Real Madrid pise tu verde por los motivos actuales. 

Este campo ha tenido que ser la casa del Castilla durante esta temporada por la pandemia provocada por el coronavirus. Por lo tanto, el deseo es que en el mes de septiembre el público pueda volver a los estadios, lo que significará que la crisis sanitaria se está despidiendo definitivamente, el primer equipo regresaría al Estadio Santiago Bernabéu, el primer filial al Estadio Alfredo di Stéfano y el Juvenil A a su Campo 7. Todos a sus hogares habituales con la tan ansiada normalidad. No nueva ni patochadas de esas, la normalidad de siempre. 

Sin olvidarnos de lo sucedido

Una vez repasado lo que le queda al Castilla hay que recordar lo que pasó en las horas previa a viajar a Extremadura. El Real Madrid notificó dos positivos por coronavirus en la noche del jueves a la RFEF pertenecientes a la plantilla del filial y uno más en la mañana del viernes, que también fue trasladado a la Federación con la consiguiente solicitud de aplazamiento. Algo que se daba por hecho, pero que finalmente, de forma incompresible, nunca llegó.

¿El motivo? No había motivos médicos para ello. En medio de la incomprensión, la indignación y sin lógicamente los tres contagiados, pusieron rumbo a Almendralejo con un autobús lleno de jugadores del Juvenil A. El enfado todavía dura.