Calma con Rodrygo
El 25 de septiembre de 2019 puede que no sea un día más en la historia del Real Madrid. Sólo el tiempo nos lo dirá. A las 22:30 horas de aquella noche Rodrygo Goes, que llevaba dos minutos oficiales con el 13 veces campeón de Europa, tocaba su primer balón en el Santiago Bernabéu, hacía un ‘control de la hostia’, tal y como diría Zidane, encaraba y definía a la perfección para perforar las redes de Osasuna y meter su primer gol como jugador blanco. Lo que se viene llamando llegar y besar el santo o, como decía el general romano Julio César, “veni, vidi, vici”. Si Rodrygo Goes se confirma como el jugador que parece que va a ser, ese día será el principio de todo.
Halago exagerado
Lo que vino después se lo pueden imaginar. Como pasó con Vinicius el año pasado o con Ansu Fati hace unas semanas. Esa mala costumbre de elevar a los jóvenes a la categoría de estrellas. Bueno, alguno llegó a decir que el canterano azulgrana era un elegido por los dioses en la televisión tras haber jugado tres ratos en el Barcelona. El reciente internacional español tiene una pinta espectacular, como Vini, Kubo o Rodrygo, pero decir bravuconadas de ese estilo le pueden perjudicar más que beneficiar.
El Real Madrid con Rodrygo, igual que hizo el año pasado con Vini o está haciendo actualmente con Kubo o Brahim, apuesta por la tranquilidad, la paciencia y la calma. Son jóvenes sobradamente preparados, pero que pueden perder el norte o verse sometidos a una presión innecesaria que les afecte deportivamente y, sobre todo, anímicamente. Esas lágrimas de Vinicius tras marcar frente a Osasuna son el mejor ejemplo.
Un plan
El club ha trazado una estrategia con Rodrygo donde la calma imperará por encima de todo. Zidane y Raúl han asumido su formación. Los maestros son de campanillas. El entrenador del primer equipo y del filial colaborarán con la única intención de que el brasileño siga dando pasos en su carrera. Y, lo mejor sin ningún tipo de dudas, es que el joven está asumiendo su situación con naturalidad y alegría. Ya lo dijo el técnico del Castilla: “Rodrygo se motiva él solo“. Lejos de egos, ve con normalidad jugar un día en el Bernabéu y otro en el Di Stéfano. Y lo mejor es que rinde en ambos escenarios demostrando que en sus botas hay mucho fútbol y que tiene una cabeza perfectamente amueblada. Es tan importante lo primero como lo segundo.
Tanto Zidane como Raúl repiten una y otra vez que Rodrygo es jugador del primer equipo, pero que tiene que disputar minutos y que se tiene que forma físicamente. Por eso descansó hace una semana, cuando no jugó ni con el primer equipo ante el Sevilla ni con el Castilla frente a Las Palmas B. No tardaron en salir los críticos de siempre a insinuar que Zizou no estuvo acertado en su decisión, sin reparar en que el joven venía de superar una lesión muscular y una recaída frenaría su progreso. Cuando en el primer equipo no tenga oportunidad jugará con el filial, pero siempre con naturalidad. Rodrygo tiene una pinta espectacular, pero tengamos calma y paciencia, que sólo tiene 18 años.