Basta ya de culpar siempre al Real Madrid

 en Real Madrid Castilla, Juvenil A, Opinión de cantera

España es un país situado en el sur de Europa, con casi 47 millones de habitantes y cuyo deporte nacional no es otro que pegar al Real Madrid. Da igual como y cuando. No importa tampoco la forma. Ni mucho menos la categoría. Tampoco si el club madridista es perjudicado o beneficiado. Se le pega y punto. Ni siquiera se para uno a pensar si anteriormente ese ‘demonio’ blanco te ha ayudado mientras otros miraban a otro lado. Siempre que se pueda se le pega. 

Mayores y pequeños

Le pasa al primer equipo de manera habitual. Cuando se aplazó el último Clásico alguno no estuvo lejos de culpar al Madrid, pero es que cuando se jugó y se vio como el VAR no quiso entrar en dos penaltis clamorosos que hubiesen decidido la contienda, alguno ha llegado a tachar a la entidad de quejica, de llorona. Otros mandan cartas, ponen el grito en el cielo, pero el culpable siempre es el mismo. Y no nos vamos a poner a hablar ahora de diferencia de horarios o designaciones. En sus categorías inferiores también tenemos múltiples ejemplos de estos y este fin de semana los estamos viendo. 

Por un lado, tenemos el saber estar. El mantener la cordura. En fin, los valores. Esos que ha demostrado el Castilla de Raúl González cuando a 180 kilómetros de llegar a Vigo en autobús, donde tenía que jugar el sábado un partido ante el Celta B, era informado de que dicho encuentro quedaba aplazado por el fuerte temporal que está azotando a Galicia en estos días. El Madrid, lejos de armar un escándalo y buscar culpables donde no los hay, se dio medio vuelta y puso rumbo a la capital de España. “Ante estas cosas poco se puede hacer”, explicaban fuentes del club. En la misma mañana del sábado hemos vivido otro ejemplo semejante, pero con el Juvenil A

Los chicos de Dani Poyatos tenían que jugar en Burgos su partido correspondiente de División de Honor. Como el partido era a las 12:00 horas, el equipo viajó el día anterior y, viendo la climatología, acudieron para revisar un terreno de juego que estaba impracticable. El Madrid puso encima de la mesa la opción de aplazar un encuentro en el que la integridad de los jugadores podía estar en serio peligro, pero el Ayuntamiento, que en la jornada del viernes puso como opción jugar en otro campo de hierba artificial, dijo que la última decisión, como no podía ser de otra manera, la tendrían los árbitros. Estos inspeccionaron el terreno de juego poco antes de las 11:00 horas y, aunque estaba igual de mal y el campo de hierba artificial peor, decidieron que el partido se jugaba. El segundo filial, sin rechistar, saltó a calentar compartiendo terreno de juego con los operarios que trabajan a destajo para vaciar la piscina que era el césped. Ambos equipos volvieron a la caseta y cuando quedaban cinco minutos para que comenzase el encuentro y acompañados de los delegados, los árbitros volvieron a revisar el estado del césped cambiando de opinión. No se podía jugar y el encuentro se aplazaba. Con las mismas, el Madrid recogió sus bultos y regresó a casa, mientras que el Burgos, que veía con muy buenos ojos la opción de jugar ante el líder en unas condiciones muy complicadas sin importarle mucho más, se empezó a quejar hasta el punto de que su entrenador aseguró que “no se juega porque el Real Madrid no quiere jugar” y que “el Madrid ha querido aplazarlo, aunque la realidad es que los blancos no han dicho absolutamente nada y, aunque su preferencia era no jugar, no pudieron influir mucho más. Y es que, no hay que tener muchas luces para saber que el equipo visitante no puede negarse a jugar y, ni mucho menos, puede aplazar un partido de fútbol. No obstante, como casi siempre, el malo es el Real Madrid.

Poner la otra mejilla

El Burgos hoy no se acordó de cuando el pasado verano el Castilla les visitó para jugar un amisto cuyos beneficios fueron destinados para la Fundación Burgos Club de Fútbol que tenía como objetivo promover proyectos de investigación médica vinculados con la Fundación ‘Burgos por la investigación de la salud’, una causa muy bonita y a la que un club como el Madrid debe sumarse siempre. O mismamente la cesión no tan lejana de Elliot Gómez aunque terminase durando unos meses.

Pero no sólo el Burgos, con el que el Madrid mantiene muy buenas relaciones, ha atacado al club en los últimos tiempos. El año pasado la Cultural y Deportiva Leonesa, equipo que se ha nutrido y se nutre de canteranos blancos (esta temporada juega allí Augusto Galván), y que fue visitado también por el Castilla esta pretemporada, aseguró que Vinicius adulteraba la competición o, recientemente, el Adarve, club amigo de la ciudad, puso un tuit tremendamente desafortunado tras ganar al Juvenil A por el que se vio obligado a pedir perdón. Una más que el Real Madrid asume y calla, pero que empieza a cansar. Lo de poner la otra mejilla llega un momento que agota a cualquiera. 

Y hasta que llegue ese día, seguiremos escuchando a entrenadores de otros equipos quejarse de un arbitraje desnivelado para sus intereses “queriendo pensar que no es premeditado“, cuando desde ese mismo equipo se ha dado una patada en el pecho al delantero madridista en claro penalti, muy similar a la famosa acción de De Jong en la final del Mundial de 2010, o que se anuló el gol que resolvía el partido de manera incorrecta tras demostrar las imágenes de televisión que no había fuera de juego alguno.

Post recomendados

Escribe un comentario

CONTÁCTANOS

Escribe y pulsa Enter para buscar