Aarón Fernández: “Solo sabe lo que es vestir la camiseta del Madrid el que lo ha hecho” (Parte 2)

 en Destacado, Juvenil A, Cajón de Sastre, Objetivo: ADN BLANCO

Aarón Fernández Sorroche (Tarragona, 8 de mayo de 1985) fue canterano del Real Madrid desde la etapa de cadete hasta el Real Madrid C. De perfil ofensivo y con una calidad envidiable, salió de La Fábrica para iniciar su periplo por distintos equipos nacionales, donde aplicó lo que aprendió en sus años de crecimiento. Ahora, a sus 36 años, recuerda algunos de los momentos que le hicieron crecer como persona y como futbolista.

 

En la fotografía: (Arriba) Kiko Casilla, Marcos Tébar, Rubén De la Red, Javier Balboa, Aarón Fernández, Héctor Jiménez. (Abajo) Ferrán Tacón, Álex Pérez, Borja Valero, Rafael Wellington y Laure Sanabria.

 

Para leer la primera parte de la entrevista, haga clic aquí.

 

Pregunta: Vamos a empezar con una cuestión que pocos aficionados seguramente conocen. ¿Cómo llegó Aarón Fernández a jugar en la cantera del Real Madrid?

Respuesta: Pues yo estaba con la selección catalana, que la verdad es que era un grupo muy bueno, con mucha gente de Barcelona. Y yo venía de un equipo de barrio de Tarragona. Fuimos a un torneo en Gerona, hicimos un buen torneo, pero bueno, en ningún momento se había fijado nadie en mí ni nada. Nuestro equipo era un equipo básico, de chavales de la zona de Tarragona, y llegamos a la final y en esa final estaban mirando a un delantero, que me acuerdo que se llamaba Jordi, del otro equipo. Le estaban siguiendo a él. Y yo en la final marqué creo que los 3 goles, que ganamos 3-1. Me dieron el premio a mejor jugador y máximo goleador. Y estaba en el campo Manolo Romero, el director deportivo de Cataluña, y al terminar me dijo que trabajaba en la cantera del Real Madrid y que le gustaría saber mi situación para ir a Madrid.

Yo, cuando me lo dijo, la verdad es que no me lo creí. Le miré, pero es que no me imaginaba algo así. Encima el Madrid, que yo era del Madrid a muerte. Entonces me lo tomé un poco a broma, no me lo creía. Le di el teléfono de mi casa y un día llamaron a mi casa y la sorpresa fue que nos dijeron que tenía que estar en agosto en Madrid. ¡Parecía que era verdad! Nos llamaron, fuimos con el coche al Bernabéu, nos enseñaron el estadio, que fue una auténtica pasada. Pasas de verlo en la tele, porque yo nunca había ido, no habíamos salido de Tarragona. Y verlo allí, mi padre y mi hermano alucinaron. Pero claro, a prueba ese año estábamos 40 o 50 jugadores, y por suerte y por trabajo me gané el sitio y allí estuve disfrutando de la cantera del Madrid.

P: ¿Cómo fue pisar por primera vez el césped con la camiseta del Real Madrid?

R: Es una sensación única. Eso solo sabe lo que es el que lo ha hecho. Al final yo te puedo decir, tú puedes pensar, pero en el fondo hay que vivirlo. Es algo espectacular, porque al final yo venía de un barrio, de un sitio muy humilde de Tarragona, y siendo del Madrid es un cambio radical. Yo veía chavales que venían de equipos fuertes, del Barça, del Sevilla… y yo venía de un barrio. Pero claro, yo tenía también esa energía, de futbolista de la calle, muy echado para adelante. Y otros compañeros no eran así, y tenían problemas de estar solos. Al final, estar allí, entrar al campo con la camiseta del Madrid, una camiseta que antes te compraba tu padre y ahora la vistes todos los días, en el entrenamiento, el chándal… es algo espectacular.

“La antigua Ciudad Deportiva era muy familiar, estábamos todos juntos, todos en el mismo vestuario”

P: Además, tu entrenaste en la antigua Ciudad Deportiva del club. ¿Qué recuerdas de aquellas instalaciones?

R: Bua, eso era increíble. Una Ciudad Deportiva muy familiar. Se notaba mucho porque estábamos todos juntos. Llegabas al entrenamiento y estábamos desde los más pequeños hasta el tercer equipo, el segundo equipo… todos metidos en el mismo vestuario. Estaba todo separado solo por las perchas de madera de la ropa. Veías al lado a los jugadores del Tercera, de Juvenil A… no es como ahora, que todos tienen su vestuario, están separados. Allí era más familiar, a mi me encantó porque te hace conocer a todos los futbolistas. Tenías también el primer equipo al lado. Yo todos los sábados me iba en autobús para ver al Madrid entrenar, cuando no tenía yo entrenamiento o partido. Tengo toda la casa llena de botas de jugadores del primer equipo, le pedí las botas a todos los jugadores (risas). Tengo las de Zidane, de Raúl, de Roberto Carlos… tengo todas enmarcadas en mi casa, una vez con el Juvenil A fuimos a entrenar con el primer equipo y me las dieron. Espectacular. Un recuerdo para toda la vida. Ahora, la Ciudad Deportiva nueva es una locura, pero aquella estaba todo más juntito, más familiar.

P: Fuiste creciendo durante varios años en el club hasta llegar al Real Madrid C. ¿En qué etapa dirías que aprendiste más?

R: El año del División de Honor para mí es el más bonito de juvenil. Es cuando ya tienes 17 o 18 años, es una edad bonita. Juegas la liga, la Copa del Rey… ya te empiezan a meter un poco más en el fútbol profesional. Ya compites con equipos de tu mismo rango, ya mides tu nivel. En el Juvenil B o Juvenil C juegas contra equipos de Madrid, que al final muchos partidos los ganas 7-0. Cuando ya vas a jugar un campeonato de España, que vas por todo el país, la Copa del Rey… lo dice la mayoría de gente, el año de División de Honor es el más bonito. El jugador ya comienza a ver si puede competir en un nivel superior.

P: Tuviste entrenadores de renombre que seguro te aportaron muchas cosas. Ahora que ya eres un veterano en esto del fútbol, ¿ves de otra manera el punto de vista del entrenador? ¿Te ves siendo tú el maestro?

R: Sí, yo creo que me veo capaz. Lo bueno del fútbol es que tienes que coger de cada jugador, de cada entrenador, de cada uno, un poquito de lo mejor que tengan. Yo por suerte he tenido muy buenos entrenadores, el año del Juvenil A de hecho salieron muchos compañeros con ofertas ya de Primera y Segunda División. Yo creo que es uno de los mejores juveniles que ha tenido el Madrid. En el Atlético de Madrid también tuve la suerte de compartir vestuario dos o tres meses con el primer equipo y era la época en la que estaba Bianchi de entrenador, que también aprendes mucho. Y luego en Segunda B también aprendes, cada uno hace su carrera. Hay que coger lo bueno de cada uno y luego, si el día de mañana me toca a mí ser entrenador, intentar inculcárselo a los jugadores.

“Con quien más me llevo es con Laure, porque de siempre hemos tenido una relación muy cercana”

P: Compartiste vestuario con jugadores de la talla de Soldado. ¿Cómo ha cambiado tu relación con los compañeros que están en la élite?

R: Yo tengo relación con muchos. Por ejemplo, con Laure (Sanabria), que está ahora en el Alcorcón, hablo bastante. Con la mayoría tengo relación. La suerte de ahora, que antes no había, es que con las redes sociales te enteras un poco de todos. La relación que tengo con jugadores que a lo mejor no han llegado a jugar en Segunda B, o Tercera, o que están ya retirados, es muy buena, la misma que tengo yo con jugadores que están en Primera o Segunda. Una relación sana. Unos jugadores llegan más lejos y otros pues no llegan a jugar ni en Tercera. Pero al final lo que importa es la persona. Yo he tenido relación con Balboa. También hay jugadores que se van a jugar a Inglaterra, entonces los caminos se separan, la relación no es la misma. Pero al final por redes puedes saber, puedes preguntar… y lo bonito es el día que te encuentres con ellos, poder hablar, poder recordar.

Y bueno, luego con Soldado, nosotros vivíamos Miguel (Delgado), Héctor (Jiménez) y yo juntos, y el año que salimos de la residencia casi vivía en el piso con nosotros, así que imagínate la relación. Luego ya cada uno tiene su camino, pero lo bonito es lo que digo, que un día puedas hablar y recordar momentos. Yo con quien más me llevo es con Laure, porque de siempre hemos tenido una relación muy cercana, hemos hablado, éramos jugadores de competir, teníamos esa sangre.

P: Algunos ex canteranos como Esteban Granero, que es dos años menor que tú, ya se están retirando. ¿Cómo es para ti ver que los chicos jóvenes con los que tú has compartido cantera empiezan a colgar las botas?

R: Yo creo que el fútbol es como tú lo sientas. Que tú digas “tengo ilusión”. Al final es como todo en la vida, si no tienes la misma ilusión por seguir jugando, lo mejor es echarse a un lado y disfrutar de otras cosas. Yo por suerte ahora mismo tengo la misma ilusión, me veo capacitado, cada año mejoro… así que yo me veo bien. El día que yo vea que no voy para adelante, soy el primero que levanta mano y se echa a un lado. Ahora entreno todos los días, mañana y tarde, tengo la suerte de poder vivir de esto, no tengo que trabajar a día de hoy en otra cosa, así que tengo más la tranquilidad de hacer lo que me gusta, entrenar, estar en forma. Porque ahora ya se está viendo que un jugador de 35 o 36 años no es viejo. Los jugadores de más alto nivel son los jugadores veteranos. Se ha visto en la Eurocopa con Ronaldo, y si te pones a mirar categorías más bajas, igual; Rubén Castro en Segunda, Nino del Elche que se ha retirado con 41 años… yo creo que, si tú llevas una vida sana y te cuidas, y trasladas la experiencia que has conseguido en el fútbol al campo, vas un poquito por delante de los demás.

P: Por último, te lanzo una pregunta algo más personal. ¿Te ves volviendo al Real Madrid de alguna forma, vinculada al deporte o fuera de él?

R: Si me llaman, ahora mismo que estoy en Tarragona, iba caminando a Madrid (risas). A mí me encantaría, además que es algo que me gusta. El que me conoce sabe que me gusta ayudar a la gente, le doy mi experiencia, cómo veo yo el fútbol, y he ayudado a mucha gente. Estaría encantado de poder trabajar con el Madrid, en la zona de Extremadura o en la zona que fuese, yo siempre tengo la puerta abierta al Madrid. Es imposible cerrar la puerta. Ojalá tuviera la suerte de que si necesitaran algo así contaran conmigo.

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